casi Perforan,
los crímenes estéticos
que proliferan
las veredas porteñas,
rebalsando en calor.
Pero claro,
más que la comodidad
(insensata)
personal,
las barbas y
bozos femeninos,
no recapitulan
imagenes.
Y nadie va a percatarse
de amontonar
radiografías
de tobillos rotos,
para ver el
(posible)
eclipse solar
del año próximo.
23 febrero 2008
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