Negro el cielo, que modera la densidad y combustión de los eneros porteños; dejando caer con poca sutileza, tremendas aguas, que no perduran.
Son adornadas, envueltas por una radiación de hilos blancos y desparejos, como raquíticas y endebles ramas invernales .
Y se calma el gris, desinfla el aire. Con perspicacia denhincha la nube tupida, que es una bajo la tormenta, y se resiste a ser disgregada.
27 enero 2009
22 enero 2009
20 enero 2009
DESVÍO, OJO CON EL POZO
Sus tiempos atrás (verduras frescas y accesibles a cualquier bolsillo), amoldaba cualquier mirada agria a su convenir, y continuaba con sus cápsulas de temblor.
Revivía bestias.
Carnales,
frívolas
Atrás, cornisas adentro. Mimetizando variadas impertinencias de los ausentes.
Alternando metabolismos impropios con los vestidos largos de las chusmas del barrio.
Su ingenio repercutía en ajenas conciencias de lo imposiblemente eterno.
Ampliando veredas, anunciaba el cartel.
Revivía bestias.
Carnales,
frívolas
Atrás, cornisas adentro. Mimetizando variadas impertinencias de los ausentes.
Alternando metabolismos impropios con los vestidos largos de las chusmas del barrio.
Su ingenio repercutía en ajenas conciencias de lo imposiblemente eterno.
Ampliando veredas, anunciaba el cartel.
12 enero 2009
10 enero 2009
REMOLONES
Parecían pequeños hongos, amarrados a la tierra aún húmeda, envueltos por el espeso terror del movimiento en vano.
Y así permanecían. Entraban en la inevitable sequía corporal.
Y así permanecían. Entraban en la inevitable sequía corporal.
02 enero 2009
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