20 noviembre 2008

SENSIBLES ENCERRADOS


Mostraba su melodía inútil, ante un cielo cerrado que no la iluminaba. Pretendía sobrevivir en silencio, cuando los malos augurios intentaban morderle los tobillos, tirándola al piso seco para que su nariz se estrelle con las baldosas frías, y se ahogue en un solo grito desesperado.
Seguía sin producir efectos hacia el agua, y volvía a sentir sus piernas derretirse, sin control.
Una copiosa figura que desentonaba con el resto de las peli-largo que la rodeaban sin temor.
En situaciones como esta, solían correr a los hombros de alguien que las contuviese, pero ni el techo agujereado, ni las cortinas con olor a naftalina, les producía incomodidad. Mantenían los brazos largos al costado del cuerpo; pesados y moribundos.
Ella calculaba que pronto vencería las molestias (que se auto-inducían como inocentes) y terminaría por cerrar los ojos y dejar que el viento la despeine y la retuerza sin excusa alguna, más que la de la molestia impertinente de cada paz, cada tranquilidad.
Su no-miedo inmortalizaba aún más a las gárgolas de las columnas, identificadas como terribles súcubos invencibles a las almas sensibles.

14 noviembre 2008

MEZQUINA EXISTENCIA

A la madre
le supuraban
las venas.
El techo se venía abajo y a nadie parecía importarle.
Si total, los platos seguían sucios de la noche anterior, llenos de estofado que el pan no alcanzó a barrer.
Marisol
era la única,
que sentía llegar
la tormenta.
Sufría,
decía,
miraba,
se retorcía,
sudaba,
sentía,
tosía,
no se divertía,
vomitaba,
se despreciaba,
volvía,
pataleaba,
callaba,
inmóvil, se extiguía.

10 noviembre 2008

FOBIAS

Jeremías solía tenerle miedo a la oscuridad.
Pero desde que habló con esa cucaracha de 4ºc,
decidió tenerle miedo a los insectos.

06 noviembre 2008

IX

Calcetines con agujeros, desgastados por negros escarabajos de cuernos mitológicos.
Casi, casi como una ubérrima sensación a nada. A más aire.