24 febrero 2009

MUECAS DE DEDOS Y LÁMPARA

De la linterna que amarra con fuerza, se desprenden agigantados rinocerontes, que intentan evadir el Nor-oeste.
Corren torpemente, por habitáculos desérticos. Persianas bajas.
Derriban árboles, se asustan ante la calecita de plásticos camélidos, de tanto en tanto, se les descoloca alguna pierna.

Se ahoga la luz, y desaparece cual animal se había desprendido.
Vuelve a ser sombra.

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